Entrevista a Pablo Chiapella por [lasprovincias.es]

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El diario digital lasprovincias.es le ha realizado una entrevista a Pablo Chiapella y, ya está aquí, publicada en nuestro blog. Sigue leyendo y entérate de lo que dice »El león».

Iba para profesor de Educación Física hasta que en la meta aparecieron telones, cámaras y guiones. Y Amador, el vecino más gañán de Mirador de Montepinar, le ha robado lo que le quedaba de anonimato. «Donde esté, siempre habrá alguien que me diga ‘merengue, merengue’», admite Pablo Chiapella (Ayora, Valencia, 1976).

– ¿Qué le debe al personaje de ‘La que se avecina’?

Consigues que la gente te conozca, y además desde la diversión, que es muy importante. Ahora mismo voy a empezar un espectáculo en solitario y ser Amador a ratos me ayudará a promocionarlo, a que la gente vaya a verlo.

– Pero esa popularidad brutal también le habrá proporcionado situaciones surrealistas…

Es que la gente no me ve a mí, ve a Amador. Se me acercan grupos de niñas (si fueran más mayores, todavía…) a decirme ‘¡Amador, salami, merengue!’. A ver, niñas, no deberíais ver esta serie… Lo de pedirme autógrafos cuando estoy comiendo… ¡Lo llevo fatal! El año pasado me tuve que volver a casa en la feria de Albacete. ¡En mi pueblo! No me dejaban dar un paso. De locos. Y sé que no tengo escapatoria. Donde me meta, sé que va a aparecer alguien diciendo ‘merengue, merengue’.

– Pero alguien por la calle le llamará Pablo, ¿no?

¡Sí! Cada vez más gente. En algún momento pensé cambiarme el nombre del DNI para facilitar las cosas, pero poco a poco la gente me va conociendo como Pablo.

– ¿Se sorprende a sí mismo soltando ‘amadoradas’ en casa?

(Risas) Alguna me llevo a casa. Pero le he pegado yo más expresiones a Amador que él a mí. Por ejemplo, la de ‘almai’, que era una expresión del pueblo de mis padres que yo no usaba nunca, la utilicé una vez en el guión y ahora me sorprendo de vez en cuando diciéndola… Significa algo así como ‘alma mía’ o ‘madre mía’…

– Esto del encasillamiento… ¿Se basa en adorar a Casillas?

(Risas) Pues, siendo yo del Barça, es uno de los tipos que merecen mi admiración. Pero sí, el encasillamiento es inevitable porque este personaje ha petado. Me preocupa que ahora me puedan dar a todos los gañanes de España. Pero mientras pueda elegir y esté currando…

– ¿A quién más admira?

Pues me encanta Luis Tosar, por ejemplo. (Antonio) Garrido también me parece un actorazo. Y en cuanto a deportistas… Usain Bolt, Phelps, Nadal… Gente que tiene cosas extraordinarias.

– Ahora está de moda lo del actor de método. ¿Cuál es su método?

Soy muy intuitivo. Intento hacer del texto lo más veraz posible y aportar al personaje el matiz que lo diferencia del resto.

– ¿Qué echa de menos?

(Piensa) A mi abuelito, que murió hace tres meses con 102 años.

– ¿Qué le pone de mal humor?

Los vecinos que ni saludan. La gente que cree que vive sola. Es muy sencillo sonreír.

– Además del Capitán Salami, ¿quién es su héroe de ficción?

Me encanta Batman, pero por el hecho de ser humano.

– ¿Se imagina en el papel?

¡Me fliparía! Haría hasta de Catwoman (risas).

– Al que sí que interpretó en el teatro hace años fue a McMurphy en ‘Alguien voló sobre el nido del cuco’. ¿Qué tiene usted de Jack Nicholson?

Poco, poco. De hecho, nadie me comparó con él. Le di mi propio toque al personaje. Me lo paso muy bien con los papeles melodramáticos, casi mejor que con los cómicos.

– Gran frase de McMurphy: ‘Estaba tan caliente que tendría que haberme cosido los pantalones’. ¿Le ha pasado algo parecido?

(Risas) Sí, alguna vez. Pero me he dado la vuelta, directamente.

– ¿Cuál fue su peor verano?

Yo estaba en el instituto, era bastante ‘piecilla’. Suspendí varias y mis padres me mandaron a un colegio privado de estos de levantarse a las siete de la mañana. Sí, fue el peor. Pero me sirvió para centrarme, para no joder a mis padres y para que el siguiente verano, en Inglaterra, fuera el mejor.

– En este país, ¿qué se avecina?

Creo que se avecina una revolución social en toda regla. Gente harta de tanto engaño y un cambio radical de concepto de vida y de consumo. Una mirada diferente al mundo. También incertidumbre y pobreza, por desgracia.

– ¿Hay salida?

Sí, siempre hemos salido. Lo que pasa es que estamos bastante aturdidos y aún no hemos dado el golpe en la mesa.

– ¿Hace falta mente fría?

(Risas) Totalmente…

– Pero en España, ¿hay más leones o más huevones?

Hay leones dormidos. Y más con este calor. Cuando pase el verano…

FUENTE: lasprovincias.es

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